domingo, 18 de septiembre de 2011

Algunas reflexiones desde el manicomio


Ya casi estamos terminando nuestro ciclo de cine y muchas personas nos han pedido que actualicemos el blog, aunque sólo sea por nuestros queridos once miembros, a los que, de paso, aprovecho para saludar con el mayor de los afectos y para dedicarles a ellos y a todos los que han venido o mostrado interés por el proyecto, los versos del discurso del día de San Crispín que comienza:

“Nosotros pocos, felices pocos, grupo de hermanos...”

Y sigue más adelante:    
Y muchos caballeros de Inglaterra, que ahora están en la cama,
Se considerarán malditos por no haber estado aquí,
Y les parecerá mísera su valentía cuando hable alguno
Que combatiera con nosotros el día de San Crispín.
Se puede decir más alto, pero no más claro.
Algunas personas me han preguntado por qué es un anacronismo este Psiquiátrico. Una de las respuestas es que era el último Hospital Psiquiátrico no transferido al SERGAS, no integrado en una Red de Salud Mental, funcionando de forma autónoma y al margen. Este hecho se ha resuelto en enero de este año con la transferencia al SERGAS y se completará, esperemos, con el traslado al Hospital Xeral Calde.
Otra de las respuestas es una crítica a su funcionamiento que como, el de cualquier institución total, se constituye en un universo cerrado sobre sí mismo, en el que se pierden los puntos de referencia con el exterior. Es como si existiesen realmente dos dimensiones, la del mundo exterior y la de la institución, que provoca que aceptemos como normales cosas que no lo son. Todo esto está ampliamente documentado en la bibliografía psiquiátrica y fueron las razones que impulsaron la reforma psiquiátrica allá en los años setenta en Europa y en los ochenta en nuestro país.
En cierto modo uno de los sentidos de las Jornadas es abrir la institución a la comunidad, ya que la comunidad vuelca un reflejo de la institución que la hace sacudirse en sus cimientos y asunciones, que la renueva y la cuestiona. Y más, en una institución como ésta, de cuarenta años de historia y abandono.
Ese cuestionamiento es el motor del cambio, sin él no es posible avanzar. Y éste es el objetivo último del cierre de este hospital, avanzar hacia otras formas de enfrentar la enfermedad mental grave, que esperemos, se alcancen finalmente con el traslado.
Por otra parte, en el camino inverso, la comunidad necesita escuchar la verdad de los que en el Psiquiátrico vivimos y nosotros necesitamos ese espacio para nuestra voz.
La única forma de poner en cuestión los prejuicios de la comunidad sobre la enfermedad mental es  acercándose a nosotros, sabiendo quiénes somos, por qué cosas hemos pasado y cómo hemos sufrido la marginación, la indefensión y la exclusión. Por eso decimos que las Jornadas tienen un valor de lucha contra el estigma. Porque son un grito de ¡basta!, valiente y verdadero, y de ¡existimos!, aunque sea de forma incómoda para la mayoría.
También, cómo no, son una oportunidad para disfrutar del cine, para enterarnos del mundo, para evadirnos y para olvidar, aunque sea por un par de horas, el terrible lugar donde vivimos.
Nos vemos el viernes que viene!

1 comentario:

  1. Ella me dijo que no iba a dormirse a pesar de la duración de la peli porque llevaba todo el día durmiendo!. El me preguntó si mis abuelos habían ido a la Guerra Civil.Todos estaban "sanos" aquella noche de cine e ilusionados, guapos también.Gracias a ti Elena, por crearme un lindo recuerdo y gracias por recordarme que el compromiso con los demás pasa por no hacer oídos sordos ni realidad ciega cuando la realidad se impone.Gracias por no pasar de largo y por no dejar pasar por alto. No se me olvidará Dr Zhivago!
    Irene

    ResponderEliminar